Cuando los adolescentes inician sus procesos de madurez relacionándose con otras personas, desarrollan sus experiencias sexuales la posibilidad de follar ahora se convierte en un impulso que responde a un exceso hormonal fisiológico de extraordinarios efectos sobre el individuo. Los jovenes viven esta necesidad como una aventura de descubrimiento del mundo que les envuelve, sintiendolo como un medio agresivo en el que tiene que esconder su intimidad y a la vez demostrar sus capacidades de aclimatación. 

   Este conflicto de intereses promueve un rechazo por parte de la sociedad que ve al joven como un rebelde sin causa, fuera de lugar, sin embargo el joven desea ser como el adulto y desarrollar su personalidad interna y sus necesidades sexuales mas alla del restrictivo esquema que le ofrece la sociedad, es por ello que lucha por aceptar su medio y aceptarse a si mismo.